Arcanos Mayores del Tarot de Marsella (2)

Arcanos Mayores del Tarot de Marsella (2)

Siguiendo el Tarot de Camoin-Jodorowsky.

VIII La Justicia – La Justice

La Justicia es una carta que simboliza lo completo (el 8 representa el infinito). Pero no es una carta simétrica, ya que la equidad no consiste en dar a todos lo mismo, sino lo que es correcto para cada cual. La espada que porta con su mano derecha es sin duda un símbolo activo, mientras que la balanza es pasivo o receptivo. Tanto los platillos de la balanza como la propia espada están bañados por luz azul celeste, lo que indica que reciben energía o inspiración del cielo. Esta carta nos mira de frente, lo que parece una llamada a hacer justicia en el plano terrenal, una llamada a nuestra responsabilidad.

En una lectura, la Justicia nos indica la presencia de una mujer fuerte, que se mueve dentro de las normas y puede ser inflexible en algunos momentos. Es una carta que habla de instituciones, de reglas por las que se nos puede castigar o premiar. Para aquellos que buscan equilibrio o una buna salida a un problema es un buen augurio.

VIIII El Ermitaño – L’Hermite

Este arcano supone abandonar el estado de perfección del número ocho, y entrar en una crisis que supone un cambio. El Ermitaño da así un paso hacia un nivel desconocido de la realidad, y esto lo hace con la sabiduría acumulada en su experiencia anterior. Esa sabiduría se derrama a través del farol que porta en su mano, que es a la vez una guía en su camino y un faro para otros. No obstante, él es un personaje solitario, como la Papisa. Cubierto con su manto que es algo que le protege, esconde las múltiples capas de su conocimiento. La espalda encorvada del personaje habla de su experiencia, pero también puede representar una carga que proviene del pasado. Así mismo, las tres arrugas de su frente nos hablan de la actividad de su mente. Es un hombre que actúa espiritualmente, como indica el guante azul que cubre la mano que lleva el báculo.

En una lectura, el Ermitaño nos está mostrando que hay una crisis que hemos pasado o estamos a punto de pasar, una crisis que nos obliga a mirar hacia dentro. Con la ayuda de un maestro, guía o terapeuta, esta crisis puede convertirse en algo muy positivo para nuestra vida. Puede ser también un símbolo de un padre ausente o de un antepasado masculino.

X La Rueda de la Fortuna – L’a Rove de Fortvne

El Arcano de la Rueda de la Fortuna da por finalizada la primera decena del Tarot. Supone cerrar una etapa y comenzar una nueva. Desde el centro de la rueda, surge una manivela que es la que da el giro a todo el conjunto, aunque debe ser manejada por alguien externo. Los tres animales que están en la rueda tienen tres formas de actuar. Uno asciende hacia el plano mental, el otro desciende hacia la materia, y el tercero permanece. Este último representa al ser mitológico conocido como la esfinge. Él está situado en el centro y su manto rojo tiene forma de corazón. Sostiene contra su pecho la espada de la verdad y la justicia, indicando que es a través del corazón como podemos aunar la subida y la bajada, equilibrar lo terrenal y lo espiritual. Los animales que suben y bajan tienen enlazadas sus patas a los radios de la rueda, al destino. En cambio, el ser que se halla en la cúspide no está a merced de los acontecimientos.

En una lectura, la Rueda de la Fortuna señala el final o el inicio de un camino. Es una carta que habla de ciclos completos, pero que también señala que la parte externa del ciclo debe dar lugar a una parte más interna, de mirada hacia el inconsciente y lo oculto. Es también la rueda del karma, por la que recibimos el premio o el castigo por lo que hemos hecho anteriormente.

XI La Fuerza – La Force

Este Arcano, que es el primero de la segunda serie decimal del Tarot de Marsella muestra el trabajo que todo Ser ha de llevar a cabo con su mente inconsciente. La mujer de la carta nos recuerda inmediatamente al Mago por su sombrero, que contiene el símbolo del infinito. Pero mientras el Mago trabaja con las fuerzas conscientes de la mente, la Fuerza desarrolla su energía en el mundo de lo instintivo, que es la puerta de entrada a al inconsciente. La Fuerza está en contacto con un animal, un león al que sujeta por la mandíbula con sus propias manos. Si el animal es la fuerza bruta del instinto, éste dialoga con la fuerza consciente de la mujer, que a su vez recibe influencias del animal, cuya cabeza está a la altura de su cintura (centro sexual y creativo). Pero la Fuerza lleva esta energía a lo más alto, como indican las plumas de águila que tiene en su sombrero.

En una lectura, la Fuerza se relaciona con la potencia de la creación. Pureza del corazón, vencer a algo que nos ha frenado hasta ahora. Puede señalar el comienzo de un nuevo período vital en el cual florece la creatividad. La apertura que trae esta carta puede chocar con el consultante si existe represión. Hay que preguntarse si uno se sitúa en el lugar de la mujer o del león.

XII El Colgado – Le Pendu

El arcano número XII corresponde, al número II, la Papisa y como ella nos muestra al ser humano en un momento de parada. El Colgado se ha apartado del mundo y sólo se sostiene sobre una cuerda. Su cabeza cuelga libremente, llevando la mente hacia el mundo del inconsciente. Del mismo modo que la Papisa incuba en su huevo, el Colgado es incubado. El Colgado tienen las piernas cruzadas, una detrás de la otra, y las manos están también situadas tras la espalda. Así nos muestra que él no está ahí para actuar y que no tiene capacidad de elegir. Aquí el intelecto pierde su capacidad para dirigir la acción, ya que la mente se vuelve introspectiva, casi enterrada en la tierra. Él se da la vuelta para ver la realidad desde otro ángulo, o es forzado a hacerlo. Sus bolsillos son como lunas, pero una recibe y la otra da. El Colgado es un andrógino, un no-nacido, que está a la espera de su momento para actuar.

En una lectura, señala un momento de parada, en el que tenemos que reflexionar sobre lo que estamos realizando y adónde queremos llegar. No es el momento de actuar. Puede señalar un bloqueo creativo, o a una persona que aún no es madura, que no se ha definido completamente. Puede hablar de un castigo o de un período de meditación o de espera.

Arcano XIII

En el Tarot de Marsella, el Arcano número XIII es el único que no tiene nombre, aunque tradicionalmente se le ha denominado «La Muerte». El Arcano XIII muestra un momento en el que es necesario hacer una limpieza radical, una revolución que nos libere de las cargas del pasado, de los falsos conceptos y de todo aquello que ya no es necesario en el proceso de elevación que se realiza entre el Loco y el Mundo. El esqueleto que se nos presenta en primer plano es de color carne, lo que señala que está vivo. El personaje pisotea las cabezas de un hombre y una mujer, que pueden representar el poder, pero también los padres, sobre los que uno se eleva para construir su propia vida. A través de su columna baja la energía celeste, que se muestra en su mano izquierda (que dirige a la guadaña) y su pie derecho (que avanza).

En una lectura, el Arcano XIII señala un momento en el que debemos hacer limpieza y renovación. La revolución de la Muerte llega, lo queramos o no, así que es necesario saber qué queremos segar de nuestra vida. Si hay energía inconsciente que no ha sido revelada (agresividad o tristeza), esta carta nos anima a conectar con ella y a expresarla.

XIIII Templanza – Temperance

En esta segunda serie del Tarot, Templanza corresponde al arcano número IIII, el Emperador. Como éste, está enraizado en la tierra, aunque sus alas azules, celestiales, le ayudarían a volar si quisiera. El ángel de esta carta lleva una flor roja de cinco pétalos en el centro de la frente, que representa la quintaesencia alquímica y que se despliega desde su mente. A sus pies se entrelazan dos serpientes, que señalan las energías de la tierra, las energías sexuales que crean la vida, que ha sido capaz de dominar, pero no suprimir. Entre las manos, Templanza tiene dos cántaros que intercambian sus líquidos. No hay contrarios, sino elementos complementarios.

En una lectura, Templanza señala un tiempo de curación tras un tiempo de zozobra. Nos invita a buscar el camino intermedio y nos señala que estamos protegidos por una fuerza celeste. En el equilibrio está la virtud.

Este artículo tiene tres partes:

Copyright texto: Octavio Déniz

Copyright imágenes: Camoin-Jodorowsky

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