Texto de: Laura (@creciendoengaia)
Dicen que el pasado nos sacude de vez en cuando pero ¿realmente existe el pasado?
Cronológicamente somos capaces de identificar en una línea de vida el pasado,el presente y el futuro, pero si tu pasado te duele hoy, déjame decirte que no es pasado, sino presente.
La mayor parte de nuestras heridas emocionales se produjeron en la infancia, se instalaron y pasaron a formar parte de nuestra memoria procedimental. Actuamos por pura inercia porque “siempre lo hemos hecho así”.
Estas heridas si no son vistas y atendidas siguen reproduciéndose a lo largo de nuestra vida y nos impiden alcanzar estados de plenitud.
Pregúntate: ¿Qué necesitaste que no tuviste? ¿necesitabas ser visto? ¿ser validado?, ¿ser amado? ¿ser reconocido?
Cuando me preguntan qué significa para mí sanar, siempre respondo lo mismo: sanar, al igual que perdonar, es ir al pasado y volver ileso.Haber sido capaz de dar lugar y de atender a todas tus partes fragmentadas para volver a formar parte de un todo.
Hay un proverbio africano que dice: “El niño que no sea abrazado por su tribu, cuando sea adulto, quemará la aldea para sentir su calor”. Y es que vivimos enfadados, por lo que no se nos dio y necesitábamos. Proyectamos constantemente situaciones que necesitan ser resueltas con personas que NO originaron esa herida y es con quienes volcamos nuestra rabia.
Hacerse responsable e ir a la raíz del problema es fundamental para hacernos cargo de nuestra felicidad y de nuestra vida y es que dentro de cada uno de nosotros hay un niño herido que en muchas ocasiones es quien dirige el barco. Y es eso de lo que debemos darnos cuenta, quién acciona el qué y cuál es el motivo real.
Hay que observar y relacionarse con ese niño herido para saber que ahora ya existe un adulto capaz de cubrir y atender todas esas necesidades.
Que estés bien 🌛🌕🌜
Laura atiende consultas de Tarot terapéutico. Puedes ponerte en contacto con ella a través de Instagram (@creciendoengaia)
