La empatía es la capacidad o habilidad para reconocer, comprender y valorar los
sentimientos de los demás y de considerar las cosas desde su punto de vista, todo comprendiendo sus emociones y sentimientos sin perder la propia identidad. Esta capacidad nos permite ponernos en el lugar del otro, entender qué piensa, qué siente, y entender por qué se comporta de una determinada manera.
La empatía no es un don especial con el que nacemos, sino una calidad que podemos desarrollar y potenciar. Ser una persona empática implica tener desarrollada la capacidad de sintonizar con las señales que los otros emiten para indicar lo qué necesitan por más sutiles que estas sean, y a la vez saber expresar al otro que lo hemos entendido y que podemos ver y valorar las cosas y las situaciones desde su punto de vista.
La capacidad empática empieza por un mismo. Sin la capacidad de darnos cuenta de nuestros sentimientos, nunca podremos conectar con los sentimientos y el estado anímico del otro. La empatía se construye sobre la conciencia de un mismo. Cuanto más abierto se está a las propias emociones, más hábiles somos para interpretar los sentimientos del otro.
Barreras de la empatía
Existen una serie de barreras que puede impedirnos mostrarnos empáticos. Algunos de los factores que pueden influir en nuestra capacidad de mostrarnos empáticos son:
- La propia inseguridad personal como persona/tarotista.
- El miedo de no hacer una buena lectura.
- La tendencia a quitar importancia de lo que preocupa al consultante.
- Escuchar al consultante con prejuicios.
- Dejar que nuestras ideas y creencias influyan en la hora de interpretar la lectura o lo que nos dice el consultante.
- Juzgar y decir frases del tipo «lo que has hecho está mal», «de esta manera no conseguirás nada.
- Ponerse como ejemplo por haber pasado por situaciones similares.
- Intentar animar sin más, con frases como «ánimo, en esta vida todo se supera»; dar la razón y seguir la corriente.
Actitudes necesarias para desarrollar la empatía como tarotistas
Hay personas que por diversas razones tienen mucha capacidad empática y hay otras que tienen enormes dificultades para entenderse con los demás y pasa saber ponerse en el lugar del otro. En cualquier caso, conviene saber que las habilidades empáticas se pueden potenciar y desarrollar si somos capaces de:
- Escuchar activamente con la mente abierta y sin prejuicios.
- Mostrar un interés real por lo que nos dicen o lo que sucede.
- Evitar dar consejos, tan solo señalar posibles caminos.
- No evaluar, juzgar o descalificar.
- Estar alerta a los gestos corporales del consultante.
- Hacer preguntas abiertas que ayuden a la conversación.
- Avanzar lentamente en los diálogos de manera que el consultante tenga una buena perspectiva de lo que le sucede.
- Ser constructivos y positivos.
- Percibir los sentimientos, valores y emociones del consultante y ser respetuoso con ellos.
- Ser tolerantes y tener paciencia con el consultante.