Autores como Jodorowsky, consideran que el Tarot de Marsella se organiza en torno al número 10. Así, los veintidós arcanos mayores están enmarcados en el siguiente esquema:
- El Loco se ubica como carta número 0 y simboliza el infinito de donde surgen todas las potencialidades.
- Las cartas desde el I (El Mago) al X (La Rueda de la Fortuna), señalan el primer decanato del Tarot.
- El segundo decanato está formado por las cartas XI (La Fuerza) hasta la XX (El Juicio). Existen estrechas relaciones entre ambos grupos: el I con el XI, el II con el XII, etcétera.
- La última carta del Arcano Mayor: El Mundo, representa el infinito hacia donde el alma se dirige al final de su desarrollo.
Por su parte, al analizar los arcanos menores, Jodorowsky separa las cartas cortesanas, a las que considera no numeradas, aceptando que cada palo contiene la decena desde el As (I) hasta el X.
Desde el punto de vista del Tarot de Marsella, las equivalencias numerológicas de las cartas se desarrollan en diez niveles:
- Totalidad, mucha energía, pero carente de experiencia. Incluye los arcanos mayores I y XI, así como los ases del Arcano Menor.
- Acumulación, gestación, inacción y represión de la energía (arcanos mayores II, XII y doses del arcano menor).
- Energía acumulada que explota, acciones sin objetivo, adolescencia (III, XIII y treses).
- Estabilización, fuerza, potencia (IIII, XIIII y cuatros).
- Nuevos ideales, nuevas dimensiones, nuevas posibilidades (V, XV y cincos).
- Placer, belleza, unión, encontrar al otro, hacer lo que deseamos (VI, XVI y seises).
- Acción en el mundo (VII, XVII y sietes).
- Perfección receptiva (VIII, XVIII, ochos).
- Crisis necesaria para un nuevo inicio, entre la vida y la muerte (VIIII, XVIIII, nueves).
- Final de un ciclo y principio de una nueva etapa (X, XX y dieces).
Una cuestión interesante a anotar es que la numeración del tarot de Marsella difiere de la romana habitual. En el tarot de Marsella, el número 4 no se escribe «IV» sino «IIII», y el 9 no es «IX», sino «VIIII». Según Jodorowsky, esto, lejos de ser un error, implica que la numeración del Tarot no es sustractiva, sino aditiva. Así, el cuatro no es cinco menos uno, sino tres más uno; y el nueve, es ocho más uno, antes que diez menos uno. Esto implica que el tarot nunca retrocede ni resta, sino que siempre suma.
Este detalle tiene implicaciones importantes a la hora de leer las cartas de Marsella. No es lo mismo que en una tirada surjan, por ejemplo, cartas con numeración 3, 4 y 5, independientemente del palo o arcano, que 5, 4, y 3. En el primer caso hablamos de una evolución dentro del problema o en el tema de la consulta, en el segundo, una involución o disolución.