Me costó muchos años aprender a perdonar. En mi mente no existía comprensión para aquellos actos que atentaban contra mi paz. ¿Cómo perdonar a una persona que entre todas las opciones posibles, ha elegido hacerme daño?
Con el tiempo entendí que los actos no son personales. Que los actos del otro hablan de esa persona. Ya no me preguntaba: ¿Por qué me miente?, sino que lo reformulaba: “Esta persona miente”, o “Esta persona no tiene capacidad para construir una relación sana”.
Porque sí, la omisión es mentir, lo vistamos como lo vistamos. Y la omisión la usan mucho las personas manipuladoras e inseguras (sobre todo perfiles narcisistas), cuyo principal miedo es ser descubiertos sin su máscara.
El tiempo y el autoconocimiento me permitieron discernir que quien procede injustamente es más desgraciado que la víctima de la injusticia y eso, a la larga, te lleva a la compasión.
Solo cuando quité esa carga emocional fue cuando aprendí a perdonar, desde un lugar seguro, y desde ahí, aprendí a escoger sabiamente con quién no compartir mi tiempo, mi vida, mis experiencias o mis preocupaciones.
Aprendí a aceptar solo aquellos consejos de quien habla desde la propia experiencia y no desde los conocimientos adquiridos.
Aprendí a tomar distancia emocional de aquellas personas que no aportaban paz y estabilidad a mi vida.
Aprendí a quedarme con aquellas personas que sí tienen espacio en su vida para mí cuando las necesito.
Aprendí a ir honrando mi sentir, sin importarme si estaba siendo justa o no.
En definitiva, aprendí a amarme, a irme de aquellos lugares que ya no me hacían sonreír. Porque habrá personas que van a querer que estés en su vida, pero no te aportarán nada para que tú quieras permanecer en ella, y es ahí donde vas a tener que decidir si eres el protagonista de tu vida o un actor secundario.
Que estés bien 🌛🌕🌜
Laura atiende consultas de Tarot terapéutico. Puedes ponerte en contacto con ella a través de Instagram (@creciendoengaia)
