El Ermitaño. En presencia de uno mismo

El Ermitaño. En presencia de uno mismo

Texto de: Carmen Miranda

En una sociedad cada vez más abocada al individualismo y la soledad, se hace necesario comprender la soledad, más como una alidada que como una enemiga, a fin de cuentas, llegamos a esta vida solos y solos partiremos.

En ciertas ocasiones de nuestra vida nos sentimos perdidos y sin rumbo quizás porque nos gustaría sentir más apoyo por parte de los otros, lo que nos lleva a un sentimiento de estar aislados, de no pertenencia.

A la larga vamos comprendiendo que no necesitamos de brújulas externas para forjar nuestro propio camino, si observamos la carta del Ermitaño él ya porta su propia luz para iluminar su camino y en su sabiduría entiende que no siempre los demás son capaces de ver esa luz.

Cuando conectamos con nuestro ser verdadero, nuestra propia intuición nos guía y nos acompaña. El sentirnos solos o no, solo depende de nosotros.

Nuestra mente constantemente requiere de estímulos externos, divagamos por la vida en muchas ocasiones sin rumbo y sin sentido, y lo que es peor sin buscar nuestra propia verdad.

¿Te gustaría disfrutar de tu compañía? ¿Hacer actividades a solas? ¿Buscas momentos de soledad? ¿Sientes la soledad, aunque estés en compañía?

Te propongo que tomes un tiempo de retiro en una habitación a oscuras, en silencio y asegúrate de que no te van a interrumpir.

Quédate con la imagen del ermitaño para que puedas visualizarla, incluso puedes sostenerla en tu mano si dispones de algún mazo.

¿Qué piensas? ¿Qué sientes? ¿Cómo lo sientes? ¿Dónde lo sientes?

Contempla tu interior. Observa las señales de tu cuerpo físico. Escucha lo que te quiere transmitir. Permítete abrazar este momento y siente la paz, la armonía, la quietud que te brinda este instante. El placer de disfrutar de tu propia compañía conectando con tu ser interno. Comprende que nunca estarás solo o sola. Visualiza la luz que porta el ermitaño es la misma luz que ya hay en ti.

Siempre que lo necesites, siempre que te necesites, puedes volver y repetir este ejercicio.

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