Un mazo que destaca por su rigor histórico.
Autores: Giordano Berti, Severino Baraldi (ilustrador).
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A diferencia de otros tarots ambientados en Egipto, que suelen mezclar conceptos e iconografía de diversas épocas de esta civilización, el Tarot de la Eternidad se centra en un período temporal muy concreto: alrededor del reinado de Ramsés II. Se trata de un período muy importante dentro de la larga historia de Egipto, ya que no sólo contiene el reinado de uno de los más grandes faraones, sino que también incluye momentos como la herejía de Akhenaton, que instauró el culto a un único dios, o la supuesta huida de los judíos, protagonizada por Moisés.
Los arcanos mayores reflejan estos temas, presentando por ejemplo al Loco como Akhenaton, o a Moisés en la carta del Juicio, ayudando a su pueblo a cruzar el mar bajo la tutela de un ángel que abre las aguas. Ramsés aparece en varios naipes, como el Mago, El Emperador, al mando de un carro de batalla, etcétera. Sorprenden algunas cartas. Por ejemplo, la de los Enamorados, muestra al faraón en medio de una fiesta, rodeado de bailarinas semidesnudas, que nos hacen pensar en una celebración orgiástica. En la Rueda de la Fortuna, no hay rueda, sino el faraón ante la presencia de varios dioses relacionados con la muerte, como Anubis el chacal, Thoth y Djehuti, el dios ibis. Por supuesto, la Fuerza nos muestra a la diosa leona, Sekhmet, pero el Colgado, sólo presenta el trabajo de los esclavos.
La muerte es una carta de enorme belleza, que muestra una momia en su sarcófago, dentro de una tumba ricamente decorada, y el espíritu del difunto abandonando el cuerpo. El Diablo muestra las ofrendas a Anubis, mientras que el Mundo representa al faraón adorando al dios primordial Ptah.
Las ilustraciones de Severino Baraldi tienen una calidad de cómic similar a la que podemos ver en otros Tarots de LoScarabeo. Los colores son suaves, con predominio de los marrones y los tonos cálidos. En general, se trata de un Tarot muy agradable a la vista.
Las cartas presentan el nombre en seis idiomas, como es habitual en esta editorial. El reverso muestra una imagen del faraón con efecto espejo, que facilita el uso de cartas invertidas.
El Arcano menor está dividido en los cuatros palos tradicionales. Todos muestran escenas de la vida cotidiana, que resultan muy ajustadas a la realidad histórica del momento. En este sentido, es uno de los tarots más interesantes para aquellos que de verdad quieran conocer la cultura faraónica.
Ahora bien, hay que destacar que desde el punto de vista adivinatorio, algunas cartas resultan difíciles de interpretar por el diseño, o bien son repetitivas. Por ejemplo, hay diferentes cartas que muestran el trabajo cotidiano en el campo o preparando los alimentos, que no terminan de dar mucho juego en una tirada. Otras, especialmente los naipes de espadas, son de un gran dramatismo, a veces excesivo, y pueden causar una impresión fuerte en las personas más sensibles. Por ese motivo, no es un tarot que yo usaría en consulta. Las cartas no siguen ningún patrón reconocible, excepto algunas que recuerdan vagamente al patrón RWS, pero de manera muy excepcional.
El librito que acompaña al Tarot contiene un corto texto del autor y sugiere una tirada, pero se echa en falta una explicación más detallada de cada arcano. Simplemente se limita a dar unas escuetas interpretaciones (muy tradicionales) de las cartas en posición normal e invertida. Es algo que hay que lamentar en los tarots de esta editorial, que destacan por su buen diseño, pero adolecen de una falta de explicaciones de interés para los amantes del Tarot.
Aun así, se trata de un mazo imprescindible para todos los amantes de los tarots de temática egipcia, puesto que es bastante atractivo e históricamente fiel.
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