La artista creadora de las inolvidables imágenes del Tarot Thoth, Frieda Harris, nació en 1877, en Londres, con el nombre de Marguerite Frieda Bloxam. Era hija de un médico y se casó con el político Percy Harris en 1901.
Su marido fue diputado del Partido Liberal en dos períodos, el primero comprendido entre 1916 y 1918, y el segundo desde 1922 hasta 1945. Al recibir su marido el título nobiliario de baronet, Frieda comenzó a a utilizar el tratamiento de Lady Frieda Harris. El matrimonio tuvo dos hijos.
Harris estaba muy interesada en el pensamiento antroposófico de Rudolf Steiner, que tendría una influencia en su forma de pintar. También estuvo relacionada con la masonería.
El 9 de junio de 1937, Harris conoció a Aleister Crowley a través de un amigo común. Ella tenía por entonces 60 años, y él 62.
Crowley la admitió en su Orden Astrum Argentum, y en la Ordo Templi Orientis, donde entró directamente la Cuarto Grado iniciático. En esos momentos, él la había tomado como su discípula.
Pronto, ambos se dedicaron al proyecto de crear un nuevo mazo de cartas que reflejara el pensamiento del mago. En un primer momento, Crowley tenía la idea de hacer unas cartas de corte más tradicional, pero Harris le convenció para renovar todo el arsenal simbólico del Tarot Thoth, creando los diseños que hoy en día conocemos.
Como dato curioso, no fue Crowley quien pagó a su pintora por el trabajo, sino que fue ella (en una situación económica mucho más desahogada), quien daba dos libras semanales a Crowley durante todo el tiempo que duró el proyecto conjunto. Ambos, trabajaron juntos en el apartamento de una tal Greta Valentine, en Londres.
En 1944, después de haber elaborado las cartas, mediante lienzos pintados al óleo, se hizo una reproducción de 200 copias del «Libro de Thoth», que incluyó la baraja. Esta edición fue financiada, en gran parte, por los amigos de Frieda Harris.
Crowley siempre estuvo agradecido a Harris por su trabajo, como dice de ella en la introducción al Libro de Thoth:
«Dedicó su genio al Trabajo. Con rapidez increíble tomó el ritmo, y con inagotable paciencia se sometió a la corrección del fanático esclavo que ella había invocado, a menudo pintando la misma carta hasta ocho veces hasta que según su criterio llegaba al acero de vanadio!»
Aunque después de la elaboración del Tarot hubo un cierto distanciamiento entre ambos personajes, sabemos que Harris se ocupó de Crowley en sus últimos momentos de vida:
«Le hice tener una enfermera aproximadamente desde hace 3 meses porque estaba sucio y descuidado».
Relata así la partida del gran mago y viejo amigo:
«Le vi el día que murió, pero no me reconoció. Creo que la Señora McAlpine estaba con él pero ella dice que no hubo lucha, solo dejó de respirar. Le extrañaré terriblemente. Una pérdida irreemplazable.»
Aunque Frieda Harris no ha alcanzado la fama de la diseñadora del Tarot Rider-Waite, Pamela Smith (una fama que está muy relacionada con los intereses económicos de algunos editores), hay que hacer un homenaje a esta artista, que nunca quiso ser famosa, y que aportó su creatividad para la creación de este mazo de cartas.
Harris murió en Srinagar (India), en 1962, adonde se había mudado tras la muerte de su marido, diez años antes.