Texto de: Rosa López (Seren Tarot)
En los 22 Arcanos Mayores del tarot existen once parejas que podemos decir que se complementan. Es muy interesante juntar estos dúos como un segundo paso para abordar el lenguaje del tarot, ya que, si los observamos con atención y reflexionamos sobre ellos, pueden ayudarnos a comprender mejor su simbología y el mensaje que encierran. Nuestras lecturas serán más completas y precisas si los tenemos presentes y en consideración.
Estas parejas son:
EL LOCO-EL MUNDO
Principio y final, individualidad y colectividad, son las dos partes de un todo. El Loco nos habla de nuevos proyectos, de rapidez, de libertad, de inmediatez, de energía en movimiento. El Mundo señala que ya hemos alcanzado nuestros objetivos y esto hace que nos sintamos plenos, realizados y satisfechos. Un Mundo sin El Loco es un Mundo sin alma.
EL MAGO-LA FUERZA
Es la pareja de los inicios. El Mago nos aporta la creatividad, los recursos, el sortilegio para realizar y materializar aquello que deseamos. La Fuerza nos ayuda a descubrir la importancia de la constancia y la tenacidad para no desfallecer, así como la capacidad que todos tenemos de controlar nuestras pasiones e instintos.
LA SUMA SACERDOTISA-EL SUMO SACERDOTE
Es una pareja unida por el conocimiento y la comunicación de contenidos. La Suma es el contenido de las cosas y el Sumo, el comunicador activo de eso que ella gesta o incuba. La Suma sin el Sumo se encierra y se desconecta el mundo externo. El Sumo sin la Suma corre el riesgo de no haber vivenciado aquello que quiere transmitir a los demás.
LA EMPERATRIZ-EL EMPERADOR
Esta pareja muestra el equilibrio perfecto entre la creatividad y el orden. La Emperatriz sin El Emperador corre el riesgo de vivir de manera caótica sin valorar la importancia del compromiso o sin la noción de responsabilidad por sus hechos. El Emperador sin La Emperatriz puede caer preso de su rigidez de las estructuras que ha creado, perdiendo de esta manera su capacidad de improvisación y la naturalidad en sus acciones.
LOS ENAMORADOS-LA TORRE
La carta de los Enamorados nos habla de idealismo, amor, belleza y armonía. El Enamorado sin La Torre corre el riesgo de vivir en vínculos simbióticos y aprisionados, pues La Torre es la que puede dar el espacio personal de cada una de las partes de una relación. La Torre sin El Enamorado se vuelve poco empática, rupturista, e intransigente, al perder el sentido de la empatía y no valorar la importancia de atender las necesidades de las otras partes.
EL CARRO-LA ESTRELLA
La Estrella nos habla de ilusión, de señales, de dejar que las cosas sigan su curso, de vivir confiando en que los hechos se produzcan. El Carro es una carta que quiere avanzar, que no espera a que las cosas sucedan. Si solo conectamos con nuestra Estrella tendremos muchos proyectos, pero nos costará que avancen. Si solamente conectamos con el Carro, puede que nuestra vida tan solo sea una huida hacia adelante.
LA JUSTICIA-EL ERMITAÑO
Esta pareja trabaja en la construcción del espacio íntimo necesario para volver a lo personal y al recogimiento. La Justicia aporta, con su mirada interior, la sensatez necesaria para que el Ermitaño, en su soledad, fundamente su sabiduría. Una Justicia sin Ermitaño se vuelve fría, calculadora. Un Ermitaño sin Justicia no encuentra el espacio ni el sentido al camino que ha iniciado.
LA RUEDA- EL JUICIO
Estos dos arcanos son los encargados de cerrar procesos y ciclos, al mismo tiempo que nos aportan elementos de juicio para dejar de repetir aquellos patrones de vida que no nos aportan nada positivo. Una Rueda de la Fortuna sin el Juicio gira incesantemente sobre su eje y nos obliga a repetir una y otra vez nuestros errores. El Juicio sin La Rueda no permite transformar las experiencias pasadas.
EL COLGADO-EL ARCANO SIN NOMBRE
Estos dos arcanos definen la muerte y el renacimiento. Un Colgado sin el Arcano Sin Nombre es incapaz de dar el paso definitivo que conlleva una transformación o sacrificio. El Arcano Sin Nombre sin el Colgado carece de consciencia de visión regenerativa volviéndose destructivo y demoledor. La muerte, no tiene sentido, si una transformación no es para resurgir.
LA TEMPLANZA-EL DIABLO
Los ángeles del tarot, el ángel de la luz y el ángel de las sombras. Los dos arcanos se complementan entre sí. Una Templanza sin su Diablo puede volverse puritana, moralista e incluso temerosa de su propio potencial sexual creativo, mientras que El Diablo sin La Templanza pierde empatía y se desconecta del aspecto afectivo. Puede llevarlo a destruir y manipular a otros, o a él mismo.
LA LUNA-EL SOL
Lo inconsciente y lo consciente; la claridad y la oscuridad; la emoción y la razón. Estos arcanos no pueden existir el uno sin el otro, ambos trabajan en colaboración, como el lado derecho y el lado izquierdo del cerebro. La Luna nos habla de feminidad, de nuestros instintos, de nuestra soledad y el Sol nos habla de nuestra parte masculina, de la seguridad, aquello tangible. Una Luna sin Sol corre el riesgo de perderse en sus emociones. El Sol sin La Luna puede volverse omnipotente y egocéntrico.