El naipe de la Papisa puede hacer referencia a una antigua leyenda que habla de una mujer llamada Juana, que llegó a ser Papa de Roma en torno al siglo IX. Esta mujer, de nombre Johanna sería de origen alemán y pudo adquirir cierta formación cultural de una manera oculta, ya que esto estaba prohibido en la época.
Estando en Roma, Johanna, que se hacía llamar Juan el Inglés, gozó del aprecio de la curia y del pueblo, gracias a su erudición. Según cuenta la historia, fue aclamada como Papa en el año 855. Permaneció en el trono de Pedro durante poco más de dos años, hasta que un día, en un medio de una procesión comenzó a sufrir los dolores del parto, ya que estaba embarazada.
La multitud no daba crédito, al ver que su Papa, Juan VIII, rompía aguas en medio de la calle, y allí mismo la asesinaron. Desde entonces, el lugar donde sucedió el hecho, un callejón frente a la Iglesia de San Clemente, se reconoce como maldito, y ningún Papa se acerca a la zona. Se supone que la propia iglesia de San Clemente es el lugar donde Juana está enterrada.
La leyenda de la Papisa Juana fue muy popular durante la Edad Media, el tiempo en el que el Tarot fue concebido, y no cabe duda de que esta historia pudo estar en el origen del diseño de la carta. Como tantos cuentos en torno al tarot, la Papisa es un mito más. No hay ninguna fuente histórica contemporánea que hable de ella.
El segundo relato acerca de esta carta sí que tiene una cierta base histórica. Según esta interpretación, el personaje de la carta sería una monja llamada Manfreda. La hermana Manfreda pertenecía a un grupo sectario, llamado los Guillermitas, fundado por la monja Guillermina de Bohemia. Esta hermana Manfreda fue elegida Papisa por los miembros de su secta, aunque tal cargo no tuvo relevancia alguna en el seno de la Iglesia, ni fue reconocido por ninguna autoridad de la época.
Para la secta Guillermita, del mismo modo que el hijo de Dios se había hecho hombre en la figura de Jesús, el Espíritu Santo también se encarnaría, pero en forma femenina para fundar una nueva iglesia. Y al frente de esa nueva iglesia se situó a la monja Manfreda.
La secta fue exterminada por la Inquisición, pero la idea de que pudo haber una papisa, o el concepto de la doble naturaleza, masculina y femenina de la divinidad, es algo que aún resuena en esta carta del Tarot.