Shuffle Tarot – XIV La Templanza

Shuffle Tarot – XIV La Templanza

En el Tarot clásico, La Templanza representa el arte de armonizar opuestos: la gestión del tiempo, de las emociones y de las energías sutiles con gracia y paciencia. Aparece un ángel alado (de género ambiguo), con un pie en la tierra y otro en el agua. Transvasa el líquido de una copa a otra: símbolo de alquimia interior, armonización entre consciente e inconsciente. Al fondo, un camino que lleva al sol: meta espiritual. Es una carta de moderación, integración, sanación. La templanza es el arte de vivir con mesura, manteniendo el equilibrio dinámico entre cuerpo, mente y espíritu.

En el Shuffle Tarot, la escena cambia, aunque se mantiene parte del paisaje: aparece la figura femenina de la Estrella, desnuda, de espaldas, saliendo del agua. Tiene un pie en el agua y otro en tierra, como la Templanza clásica. En vez de copas, sujeta con la mano izquierda unas flores, que recuerdan las que normalmente crecen en la tierra en la carta original. Su cuerpo muestra un tatuaje en forma de flecha en la espalda, apuntando hacia arriba. Mira hacia el sol naciente, el mismo que aparece en el fondo de la Templanza del RWS.

El cambio de protagonista es la clave: ya no hay un ángel andrógino que mezcla aguas celestiales, sino una mujer humana, desnuda, conectada con la tierra y su cuerpo. En otras palabras: la espiritualidad ya no se representa como algo separado del cuerpo, sino como una experiencia encarnada, femenina, directa y vulnerable.

La Estrella es símbolo de esperanza, autenticidad, desnudez emocional y regeneración. Su presencia en la carta de la Templanza introduce varias ideas: como la armonía que ya no viene del control o de la mesura angelical, sino de la aceptación natural y honesta de lo que uno es.

En vez de mezclar líquidos entre copas, ahora la figura integra tierra, agua, cuerpo y luz a través de su mera presencia. Las flores en las manos sustituyen a las copas alquímicas: representan la vida floreciendo a través de la calma. El tatuaje de flecha es un símbolo de dirección, propósito e impulso vital, y también remite al signo de Sagitario, asociado tradicionalmente con esta carta. En este caso, la flecha forma parte del cuerpo, como si dijera: la dirección espiritual está inscrita en la carne, en la historia personal, en el camino vivido.

Es el descenso de lo espiritual al cuerpo: una figura humana desnuda: más cercana, más real. La alquimia mística se convierte en conexión sensorial: piel, agua, tierra, sol. Ya no se trata de mezclar con precisión, sino de estar presente con naturalidad. Esto tiene mucho sentido en un contexto actual donde muchas personas buscan sanación emocional o espiritual no desde la disciplina ni el dogma, sino desde la escucha del cuerpo, la naturaleza, el ciclo menstrual, el trauma, el placer, el silencio…

Esta nueva Templanza es profundamente actual, nos muestra la necesidad de equilibrar mente y cuerpo desde la autenticidad, no desde la corrección. El poder de lo femenino como fuente de integración, sin caer en arquetipos celestiales o maternales. La espiritualidad vivida desde lo cotidiano, lo físico, lo imperfecto. El retorno a la naturaleza y los ritmos de la vida como vía de armonización.  Aquí, la Templanza no es mesura; es presencia vital plena. No es el equilibrio  de un ángel, sino el equilibrio instintivo de una mujer que ha vuelto a sí misma.

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