…Ella, mientras caminaba, su cuerpo orgulloso, se alargaba haciéndose parte del lugar, a la vez que el viento besaba su piel, cómo lo haría el mejor amante.
Su mente desintegrada, dejaba espacio a la expansión de su Alma, que comulgaba con cada rayo de luz, cada olor y cada sonido del lugar.
Ya no soy parte de mí, soy parte del todo- se decía-, observándose desde lo más alto, mientras contemplaba las miles de formas que iba adoptando su cuerpo a cada vibración; un rio en calma, una montaña, una roca, una planta, una flor…
Voy transformándome, susurraba.
Voy adquiriendo la memoria plena de todo aquello que me rodea, de todo aquello que me da forma y, danzo.
No respiro, no me hace falta, eso era solo un recuerdo. Ahora estoy acogida por el Universo, ahora soy él.