Una palabra que causa confusión en algunas personas es el término «tarock». Suena igual que «tarot», pero no es lo mismo y no tiene la misma finalidad.
El Tarock es un juego de cartas poco conocido en nuestro ámbito, pero que aún resulta popular en ciertas regiones del sur de Alemania, Austria y Suiza. Se considera que tiene su origen entre los siglos XV y XVI y en su estructura está a mitad de camino entre la baraja francesa y el Tarot. Algunos mazos de tarock cuentan con 78 cartas, mientras que otros tienen 54 cartas.
Muchos tarocks contienen 21 triunfos, además de un naipe sin número que es el comodín o «joker». Estos triunfos muestran escenas temáticas, que normalmente no tienen una relación directa con los arcanos mayores del tarot. Estas escenas pueden contener batallas, monumentos, personajes, vestimentas, proverbios o cualquier otro tema popular.
El resto de los naipes, que corresponderían a las cartas normales de juego, siguen el esquema de la baraja francesa de corazones, picas, tréboles y diamantes. Pero no suelen estar presentes todas las cartas, sino que en el caso de las cartas rojas (corazones y diamantes), se juega con el as, dos, tres y cuatro. Mientras que las cartas negras (picas y tréboles), constan del 7, el 8, el 9 y el 10. Las cartas cortesanas en ocasiones son doblemente terminadas, como corresponde a muchas barajas de juego. Son el Rey, la Reina, el Caballero y la Sota.
¿Para qué sirven estas cartas? No para la adivinación, sino para el juego, pudiendo participar 2 ó 3 jugadores.
No entraré en el detalle de cómo se juega al Tarock, porque es algo que se sale fuera del ámbito de esta página. Pero básicamente, cada carta tiene un valor en puntos, y gana el jugador que más puntos obtiene al final del juego. Por supuesto, los triunfos tienen un valor más alto que el resto de los naipes.
En todo caso, los mazos de tarock tienen un interés artístico evidente para todos los que amamos las cartas.
