La Mujer Escarlata (2) – Leah Hirsig

La Mujer Escarlata (2) – Leah Hirsig

Leah Hirsig nació en Suiza en 1883. A temprana edad, sus padres se separaron, lo que llevó a que su madre a trasladarse a Nueva York con las seis hijas del matrimonio. Interesadas por el ocultismo, Leah y su hermana Alma, visitaron a Aleister Crowley en 1918. El mago pasaba por un momento complicado en Estados Unidos. Había terminado la relación con una sus mujeres escarlata, Roddie Minor. Acababa de perder a su madre (a la que odiaba y amaba). Estaba en medio de una de sus fases de adicción a la heroína y se entretenía invocando a una entidad sobrenatural (Lam) y recordando supuestas vidas pasadas.

En medio de ese caos creativo y emocional, la conexión entre Crowley y Hirsig fue inmediata. Conviene aclarar que Crowley tenía 43 años cuando conoció a Hirsig, y ella, que había estado casada y era madre de un niño, tenía 35. Así que no cabe pensar aquí que Hirsig fuera una joven inocente que cae en las garras de un monstruo, como algunos han querido dar a entender. Más bien hay que pensar en la atracción entre dos personas adultas que se necesitaban mutuamente. No cabe duda de que Hirsig se sintió atraída por el carisma Crowley. Pero él seguramente vio en ella la encarnación de aquello que buscó y nunca encontró: su compañera ideal, la madre-mujer que nunca tuvo.

Crowley, que en esa época también experimentaba con la pintura, aceptó la idea de Hirsig de pintarla «como un alma muerta». También le dedicó su poema «Lea Sublime», de tinte erótico, aparte de hacer algunos comentarios públicos (que no reproduciré) sobre las cualidades de su vagina. Todo esto da una idea del tipo de atracción escandalosa y morbosa que se estableció entre ambos.

En 1919, Leah Hirsig fue consagrada como Babalon, la «Mujer Escarlata», tomando el nombre mágico de Alostrael («el vientre o grial de Dios»). A partir de ese momento, se dedicó en cuerpo y alma a trabajar en la obra de Crowley. Una parte de ese esfuerzo consistió en dar a luz a la hija de Crowley, Anne Leah, que falleció a los pocos meses de edad.

El abril de 1920, Crowley y Hirsig se instalaron en Cefalú (Sicilia) donde alquilaron la Villa Santa Barbara, que pronto convertirían en su famosa «Abadía de Thelema». Allí, ambos dieron rienda suelta a su trabajo con la magia sexual, que incluye algunos hechos escabrosos, como el intento fallido de Hirsig de copular con un macho cabrío. Después de algunos «pequeños inconvenientes» (como la muerte del adepto Raoul Loveday tras beber agua contaminada), los miembros de la abadía fueron expulsados de Italia por orden de Mussolini.

Crowley y Hirsig se distanciaron en lo afectivo, especialmente cuando él presentó al mundo a su nueva Mujer Escarlata, Dorothy Olsen. Pero ella continuó fiel a la obra del mago durante un tiempo, colaborando como secretaria y guardando para sí el sobrenombre de «Novia del Caos». De ella dijo Crowley: «Ella me ama por mi trabajo… Ella conoce y ama al Dios en mí, no al hombre, y por lo tanto, ha conquistado al gran enemigo que se esconde detrás de sus nubes de gas venenoso, la Ilusión.»

Pero poco a poco, el distanciamiento creció, y Hirsig dejó de ver a Crowley como un profeta, aunque seguía creyendo en las leyes de Thelema. Posteriormente se casó y tuvo un nuevo hijo con William George Barron. Volvió a Estados Unidos, donde trabajó como maestra y según algunos rumores no confirmados, se convirtió al catolicismo.

La Séptima Mujer Escarlata falleció en Suiza en 1975, a los 91 años de edad. No pudo sujetar las riendas de la «Bestia», pero la conoció como pocas personas.

Archivos