La ira nos viene representada por la carta del Cinco de Bastos
Esta carta representa el conflicto, las peleas y la frustración descontrolada. La ira surge aquí como un impulso que nos lleva a enfrentamientos innecesarios.
La ira suele enmascarar sentimientos más profundos, como el miedo o la impotencia, que debemos aprender a identificar. Es una reacción desproporcionada ante algo que nos ofende o molesta, llevándonos a la violencia o al rencor.
La contrarrestamos con la mansedumbre y la carta de La Templanza (XIV)
La Templanza nos enseña a equilibrar nuestras emociones, actuando desde la calma y buscando soluciones pacíficas. Representa el autocontrol y la habilidad de transformar el enojo en algo constructivo.
Debemos entender que la mansedumbre no es debilidad, sino fortaleza para enfrentar las adversidades sin perder la serenidad. Nos enseña a manejar nuestras emociones, responder con calma y perdonar las ofensas.
Podemos expiar este pecado practicando la paciencia y la tolerancia frente a las adversidades. Reflexionar antes de reaccionar y expresar los sentimientos de manera constructiva. Fomentar el perdón, liberándonos de resentimientos.