Arte, innovación y simbolismo, todo en un mazo de cartas.
Imágenes de Patrick Valenza
Texto de Octavio Déniz
Estamos ante una baraja que va camino de convertirse en un auténtico clásico del Tarot contemporáneo. Se trata de la obra de Patrick Valenza, Deviant Moon Tarot.
“Deviant Moon” se podría traducir como “Luna desviada”, y realmente es la Luna, o una versión muy compleja de este símbolo, lo que podemos observar en cada uno de los naipes de esta baraja. Cada personaje tiene una cara de Luna que, en muchas ocasiones, muestra tanto su faceta más luminosa, como la más oscura, lo que aporta una capa de simbolismo muy interesante, dual y que conduce a la reflexión.
Las imágenes de este Tarot son grotescas, y sin duda, no del agrado de todo el mundo. Pero yo creo que hay que valorar cualquier nueva aportación a la tradición del Tarot. Son cartas para disfrutar, para analizar con calma y que traen a la mente la obra (en otros estilos) de grandes maestros contemporáneos.
Patrick Valenza es un amante de todo lo extraño, lo raro y lo extraordinario. Esto algo que podemos rastrear en su web, repleta de ideas, imágenes de su propio trabajo y antiguas fotografías (algunas de ellas, bastante perturbadoras). Aparte del Tarot Deviant Moon, Valenza es el creador de otro mazo de gran interés, titulado “Trionfi de la Luna”, que es una reinterpretación del Tarot de Marsella para el siglo XXI.
Su próximo trabajo se titulará “Deviant Moon Oracle” y en él se nos prometen más imágenes sorprendentes, pero creadas de un modo más libre, sin las ataduras del esquema del Tarot más clásico. Sin duda, cuando salga, será digno de ver.
Volviendo al Tarot que aquí nos ocupa, Valenza lo construyó a partir de imágenes obtenidas en cementerios neoyorkinos del Siglo XIX. Además, trabajó también con imágenes de un sanatorio mental abandonado de su zona. Como se puede ver, partió de un material muy perturbador para generar un universo propio, reconocible y único. Un universo surrealista que queda fijado en nuestra imaginación.
En palabras de Valenza:
“El simbolismo de la baraja proviene de los sueños y la imaginación de la infancia que se trasladó a mi mundo adulto. Siempre me ha intrigado el lado melancólico de la vida y he buscado expresar mis visiones a través de los personajes que creo. La luna siempre ha sido una amiga psíquica para mí. Como centinela de la noche, alimenta mis sueños y arroja un brillo extraño en la forma en que veo los colores de la realidad. Nada ha tenido mayor influencia en mi arte que el Tarot mismo.”
Él mismo reconoce que esta baraja es un testimonio de su vida, y así debemos creerlo, porque una obra tan extraordinaria como esta no se puede comparar con esos Tarots actuales de encargo, vacíos de alma y de contenido, a los que muchos editores nos quieren acostumbrar.
Los arcanos mayores merecen un análisis detallado, y los menores, aunque parten del simbolismo del modelo RWS, siguen un esquema propio. Esto es algo muy destacable, y para mí es una de las pruebas de que estamos ante un auténtico artista del Tarot, y no ante un simple ilustrador.
Algunos aspectos que destaco del Arcano Mayor:
- El Loco es un bufón que, en este caso, está mordido por un pez.
- El Mago tiene cuatro brazos, con los que maneja los cuatro símbolos de los palos del mazo. Una idea muy buena.
- Los Amantes, expresando la fusión entre el día y la noche, lo masculino y lo femenino, de un modo magistral.
- La locura del Ermitaño.
- Esa muerte equina, muy interesante.
- El Mundo, como una sirena extraña que pierde parte del simbolismo de los cuatro evangelistas.
- El Diablo, en cambio, me decepciona un poco.
- Pero la Luna, como no podía ser de otro modo, es extraordinaria. Un rey y una reina danzan alocadamente, bajo los hilos de una luna llena de aspecto maléfico. Maravillosa.
El Arcano Menor, como digo, se puede admirar durante horas y sirva el vídeo que ha realizado Rosa López para disfrutarlo.
Te guste o no, te atraiga o no, si amas el Tarot, tienes que estudiar esta baraja. Llenará tu mente con nuevas ideas.
