Creado por: Rachel Pollack
Texto de: Octavio Déniz
Cómpralo en Amazon.com
Rachel Pollack es una de las grandes maestras contemporáneas del Tarot y sus libros suelen ser de gran interés para aquellos que quieren ir un poco más allá del terreno trillado. Así que este mazo, concebido y creado por ella, necesariamente tiene que ser más conocido.
Hay que reconocer que este Tarot está repleto de ideas interesantes, y creo que hay que alabar el interés de la autora por crear algo nuevo, por aportar nuevos conceptos. En este mundillo del Tarot, donde la mayor parte de los mazos no son más que bonitas ilustraciones sin contenido real, hay que valorar los riesgos creativos. Personalmente los aplaudo siempre, me gusten o no.
El problema con el Shining Tribe Tarot es que el tipo de ilustraciones que utiliza puede ser demasiado tosco, demasiado naïf (por ser amables) y puede producir cierto rechazo inicial. Es una pena, porque cuando se le da una oportunidad, creo que los aciertos superan con mucho a los desaciertos. Quizás hubiera sido mejor dejar el diseño a alguien con capacidad para recrear el arte tribal de un modo más atractivo. Esto hubiera multiplicado el valor de este Tarot.
También hay que decir que el mazo vino lastrado por ciertas interpretaciones incorrectas que se le concedieron en su origen, y que la autora ha sabido corregir en ediciones posteriores.
(Las etiquetas publicitarias son algo peligroso. Sobre todo cuando se adhieren a cualquier ideología de moda. Porque las ideologías, como los yogures, caducan muy pronto.)
Este es un Tarot que intenta representar, a través de una interpretación del arte nativo la diversidad cultural de nuestro mundo. Aquí se unen grabados de la prehistoria, arte chamánico de África y de América, arte aborigen de Australia y la Kábala. Se pretende que sintonicemos, a través de las cartas, con el conocimiento simbólico de nuestros antepasados.
Vemos muchas figuras humanas y animales en este mazo, así como ciertas construcciones ancestrales, líneas, espirales, etc. Al parecer, se trata de imágenes que llegaron a la mente de la autora a través de la meditación en diversos lugares sagrados.
Algunas cartas cambian sus nombres tradicionales. El Hierofante se convierte en Tradición. La Rueda de la Fortuna es la Espiral de la Fortuna. El Juicio se convierte en el Despertar. Y el Mundo es la Mujer Resplandeciente (que da título al Tarot y es una carta de una belleza extraordinaria). En general, hay muy buenas ideas, aunque el diseño sea en ocasiones demasiado poco elaborado.
Los palos tradicionales del Arcano Menor se convierten aquí en Ríos (Agua), Árboles (Fuego), Aves (Aire) y Piedras (Tierra). Cada carta numerada tiene un simbolismo y un diseño particular, alejado del tradicional modelo Rider-Waite-Smith. Es evidente la conexión de la autora con el mundo natural de nuestros antepasados.
Es muy interesante cómo se construyen las cartas cortesanas. Aquí no se trata de personas en todos los casos, sino de extensiones de la energía de cada palo. La Sota se convierte en Lugar (Place), el sitio donde se siente esa energía. El Caballero es el Conocedor (Knower), que simboliza cómo sentimos esa energía en nuestras vidas. La Reina es el Don (Gift), que nos permite reconocer el regalo de cada palo. El Rey es el Portavoz (Speaker) que manifiesta cómo actuamos con esa energía a partir de nuestro poder personal. Son ideas brillantes.
La parte trasera de las cartas es de un color rojo oscuro con un diseño que permite usarlas de manera invertida.
Sin duda estamos ante un mazo que trajo, en su momento de edición, un soplo de aire fresco. Pero también hay que decir que nadie ha profundizado en la senda trazada por Rachel Pollack. Esto dice mucho (y no muy bueno), sobre la comunidad del Tarot. Una comunidad mucho más conservadora de lo que aparenta o cree ser.
Da que pensar.
Copyright de las Ilustraciones: Llewellyn Publications (Minnesota, Estados Unidos)